martes, 26 de junio de 2007

a los aventurados



Siento decepcionarlos. Sí, a ustedes, los aventurados. A los que de muy buena fe se han asomado a mi otro blog "La Alberca" con la sola intención de ser solidarios conmigo y leer lo que escribo o quizá sólo porque querían perder el tiempo un ratito blogueando por ahí. Los he decepcionado terriblemente. La Alberca nomás no se ha dado, todo ha terminado en charco.

Quizá en un futuro retome el curso de ese blog y termine haciendo algo interesante con él. Por lo menos ésa era la intención inicial. Pero ya ven, incluso con éste me he atorado varias veces y olvidado otras. Ojalá en cuanto me organice un poco nuevamente (parece que todo en mi vida siempre está en un continuo reajuste), mis blogs (que son varios, algunos muy privados y en otros sitios e idiomas) resurjan ahora sí con algo qué decir. Por el momento sólo quedará éste para beneplácito o desprecio de algunos.

—¿café? —con 2 cucharitas de caca, por favor



Ésta cosita tan linda es Zoyla. Algunos ya tienen el honor de conocerla, pero realmente no la había presentado a la blogósfera, aunqe ella es ya toda una cibernauta consumada que dedica sus tardes a chatear on-line, enviar mails a mi lista de correos y a googlear so pretexto de aumentar sus conocimientos gatunos.



Zoyla es preciosa, simpatiquísima, inteligentísima (como todos los gatos; quizá un poquito más) y -sobre todo, traviesa. Como todavía es una pequeña (tiene 6 meses), pasa las horas corriendo de un lado a otro persiguiendo fantasmas y bichos (reales e imaginarios), derrapándose sobre mi mesa de trabajo y molestando a mis otros 2 gatos.

A Luz, por ser macho, lo persigue más: le gusta. Lo malo es que se la pasa mordiéndole la cola y sus ya (recién) desaparecidas bolas. Él se hace el loco un rato (quizá le gusta en el fondo todo ese jugueteo con sus partes blandas), pero llega un momento en que lo desespera y él sólo voltea dispuesto a darle el mayor de los zarpazos para ahuyentarla.

Con la Güera mantiene una relación de ataque constante, ya saben: polos iguales se repelen, y como dos buenas gatas compiten entre ellas por la atención de mi chulísimo Luz, quien solamente las ve de lejos con igual displicencia. Lo más gracioso de sus peleitas es cuando ambas quieren atravesar la puerta de la cocina: la Güera queriendo entrar a la casa y Zoyla, queriendo salir al jardín. Ambas se encuentran frente a frente y van moviéndose en un continuo movimiento circular hasta que intercambian posiciones, todo esto acompañado de uno que otro zarpazo y agudisísimos maullidos de declaración de guerra.

El caso es que mi pequeña Zoyla no convive mucho -ni tan armónicamente, con Luz y con la Güera. En gran medida se debe sin duda a la brecha generacional que existe entre ellos: Zoyla tiene apenas 6 meses (como ya comenté) y los otros tienen 11 y 10 años, respectivamente. Los últimos días en particular, Zoyla ha estado de mal ánimo y muy triste. Cuando ve que salgo de la casa (o sea, diariamente) se queda en la puerta con su listón azul cielo (uno de sus juguetes favoritos) como esperando que yo juegue con ella antes de irme. Y pues obviamente se queda esperando con tristeza. Y como últimamente he estado muy ocupada, casi no he tenido tiempo para jugar con ella tampoco en otros momentos. Esto ha hecho que en las últimas dos semanas, en cuanto escucha mi despertador (que antes la atemorizaba: lo tengo con un ringtone de gallo electrónico) brinca directamente hacia mi cara y me muerde la nariz para asegurarse de que despierte (cosa que a veces no logra). Luego me lleva su listón azul o su leoncito (éste sí es su juguete favorito) para no perder tiempo y jugar desde tempranito, por supuesto, antes de que me vaya a trabajar.

Hoy, por ejemplo, se encabronó porque entré al baño y no la dejé entrar conmigo. Y yo le decía "No Zoyla, estoy cagando, ahorita salgo", pero ella insistía. Cuando por fin salí, después de un buen rato debido a mi dieta del último día a base de unos malditos cacahuates con chilito que descubrí recientemente y a los que me estoy volviendo adicta (Hot Nuts de Barcel con limón y chile jalapeño, ¡uisshhh!), encontré el sabrosísimo café capuccino que mi madre me prepara diariamente, cubierto con tierrita de una maceta que estaba a un lado de la taza. Por supuesto que Zoylita se enojó conmigo y fue a meterle sus patitas a mi café para tirarle la espuma y de pasada espolvorearlo con mugritas, tierrita, piedritas y caquita. Obviamente ya no me pude beber mi café, que suele ser mi desayuno y ahora estoy en la oficina con una bolsa de otros mugrosos cacahuates.

Todo esto, sumado al descubrimiento de sus múltiples travesuras del día mientras se queda sola en casa, me ha hecho decidir adoptar otro gatito. Sí, uno más. Aún no lo conozco, pero la Dra. Ana (el veterinario de mis gatitos) dice que ya está listo para ir a mi casa, libre de PULGAS*, con todas sus vacunas y sin Leucemia. Como también es un pequeño gato igual que Zoyla (bueno, creo que es un poco más chiquito), seguramente podrán llevarse mejor y jugar mucho entre ellos y ninguno se sentirá solito en el día.

jueves, 14 de junio de 2007

¡hola, mundo!

Pues sí, qué horror, no había aparecido por aquí en años. Ni modo, he estado muy ocupada y la verdad es que con tantos posts que quería escribir, me daba algo de fiaca. Así que de plano he decidido no contar nada de lo pasado en meses anteriores que ya ni vienen al caso. Mejor hago de cuenta que el tiempo entre diciembre del 2006 y abril del 2007 implotó y recomienzo desde ahora con nuevos posts.

Eso sí, no piensen que nada más he andado ahí a la deriva y con una hueva mortal. La neta es que he andado ocupada estudiando 2 diplomados simultáneamente. Uno era de Diseño (sobre todo para aprender algo de software) que me hacía despertarme diarianmente a las 05:30 hrs., cosa que a nadie le recomiendo, mucho menos si suelen dormirse a eso de las 02:00 de la madrugada.

El otro diplomado fue sobre Animación Digital. La verdad es que esperaba más, pero por lo menos sirvió para tener la absoluta seguridad de que no quiero dedicarme a hacer animaciones en 3D. No es que no me gusten películas como Finding Nemo, Los increíbles, Toy Story y todas esas, pero, definitivamente no es algo que me interese hacer (para lo cual, claro, necesitaría muchos años de experiencia y de estudio en instituciones más especializadas). Quizá lo más pesado del diplomado fue justamente el haber dedicado más de 4 meses a estudiar Maya con un profesor que es un soberano inepto para educar a cualquiera. Ya de por sí el programa es complejo, como para que además este individuo lo hiciera difícil y tedioso. Con decirles que mi ejercicio fianal se llamó "Bostezo final". Lo único bueno de esto es que podía aprovechar los movimientos propios y de mis compañeros como referencia para animar mi monito. Pronto lo subiré a mi YouTube para que lo chequen y me den sus opiniones.

Lo curioso de esto es que en las últimas clases, mientras yo luchaba contra el programa para hacer que mi monito se moviera adecuadamente, fungí casi como asesora. Sí, aunque no lo crean (yo tampoco lo creía) algunos compañeros solicitaban mi ayuda para que les dijera qué hacer con los tiempos y cómo ajustar los movimientos de sus respectivos trabajos. La verdad esto me cuasó harta gracia porque, como decía, yo misma pasé por bastantes problemas para lograr terminar mi propia animación.

Ahora ya terminé ambos diplomados. Como siempre, me sigo sintiendo igual de ignorante. Es un complejo del cual sufro. Lo llamo "El Síndrome del Eterno Estudiante (o Aprendiz)". Consiste en sentir una duda constante sobre lo que se supone que sé. A la fecha - y después de muchos talleres, cursos, diplomados y demás -en muy diversas áreas de estudio, no me siento capaz de enseñarle a alguien nada. No sé bien a qué se deba. No sé bien si en vez de una tragedia deba considerarlo algo bueno. Por lo menos así sé que siempre ando buscando nuevas cosas qué aprender y siempre con cierta sorpresa ante "lo nuevo". Lo bueno de esto es que a fin de cuentas, cuando tengo que hacer algo (relativo a mi trabajo o lo que sea), de algún lugar remoto en mi cerebro, en mi memoria, vienen a mí como salvadores, datos e información, técnicas y artilugios que no recordaba siquiera haber aprendido o memorizado. ¿Ustedes también sufren de esto?

Bueno, aquí dejo este post. Espero retomar el curso de este blog (aunque la neta parece que nadie lo lee). Si hay alguien ahí, enviénme un recadito de ánimo, una notita boba aunque sea. También espero darle un nuevo aspecto ya con la nueva configuración de Google, ver cómo resulta.